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Lección 4 - Conociendo al Espíritu Santo, clave para una Intercesión Eficaz


 Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras.  Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios.  Romanos 8:26-27.


Introducción

Si la iglesia actual entendiera la importancia de darle al Espíritu Santo el lugar que le corresponde, con certeza, en corto tempo, el mundo podría ser evangelizado.

Si como iglesia renunciamos a ignorar al Espíritu Santo en  medio nuestro, y le dejamos actuar libremente entraríamos en la dimensión de lo sobrenatural. La iglesia primitiva fue tan eficaz en su lugar ministerial, que no tomaba ninguna decisión  sin tener la aprobación del Espíritu Santo (Hechos 15:18).

El Espíritu Santo y la Intercesión

La única manera de poder disfrutar de un ministerio intercesor es conociendo al Espíritu Santo de Dios.
Jesús definió al Espíritu Santo como el consolador, en griego “parakleto”, es decir, alguien que viene a nuestro lado para auxiliarnos.

Al finalizar su ministerio terrenal, el señor Jesús no quiso dejar solos a sus discípulos y por ello los reunió y les dijo: “Pero les digo la verdad: Les conviene que me vaya porque, si no lo hago, el Consolador no vendrá a ustedes; en cambio, si me voy, se lo enviaré a ustedes.” Juan 16:7.
Tomemos en cuenta los siguiente aspectos para conocer mejor al Espíritu Santo:


1. Quienes Somos nosotros

Cada uno constituye  una personalidad espiritual que vive dentro de un cuerpo de manera temporal. A través de nuestros sentidos, podemos expresarnos y tener contacto con el mundo exterior. Cuando abandonemos el cuerpo, seguiremos existiendo, pues el cuerpo se desintegra pero la personalidad de nuestro espíritu permanece. Esto es porque el espíritu  viene del aliento de Dios y por lo tanto no muere. La muerte del espíritu es cuando éste se separa plenamente de Dios, entonces sufrirá tormento eterno.

2. Quien es Dios

Antes que existiese el mundo, Elohim ya era (Génesis 1:1-3) Elohim es la palabra hebrea, plural, utilizada para describir la personalidad divina. Por esta razón vemos que el padre, el hijo y el Espíritu Santo conforman la unidad de Dios. Siempre trabajan de mutuo acuerdo y viven en perfecta armonía. Toda la creación fue hecha en equipo. El padre diseño, el Espíritu concibió y el Verbo (Jesús) creo.  Pero es solo a través de la fe que podemos comprender el poder de la creación (Hebreos 11:3)

3. Quien es el Espíritu Santo (Hechos 10:38)

El Espíritu Santo es la persona que Jesús envió que no nos dejaría huérfanos, sino que nos daría otro consolador que estuviese con nosotros para siempre (Juan 15:26).

Por el hecho de haber creído en Jesús, Dios nos da el gran privilegio de participar de su misma naturaleza, permitiendo que el Espíritu Santo venga a morar en nuestras vidas. Esto es lo que se conoce como unción, que equivale a experimentar la presencia divina en forma permanente dentro de nosotros.


4. El Espíritu Santo en Jesús.

 El Espíritu escudriña todo, es decir, conoce todo, hasta lo profundo de Dios. Por consiguiente, también a Jesús (1 Corintios 12:10-11), A través de Jesús, El Espíritu Santo se manifestó con poder:

a) hablando (Mateo 12:18).
b) Echando fuera demonios (Mateo 12:28).
c) Expulsando a los espíritus inmundos (Lucas 4:36).
d) Sanando a los enfermos (Mateo 8:16).

Jesús podía dar buenas nuevas a los pobres, sanar a los quebrantados de corazón, pregonar libertad a los cautivos y vista  a los ciegos, poner en libertad a los oprimidos y predicar del Señor por cuando había sido ungido por el Espíritu Santo. El Espíritu Santo glorifica a Jesús (Juan 16:14) 

5. El Espíritu Santo en Nosotros

a) Nos hace nacer de nuevo (Juan 3:1-6)
Es solo por medio del Espíritu Santo que llegamos a ser considerados hijos de Dios; es su obra en nuestra vida la que por permite nacer de nuevo. Cuando aceptamos a Jesús, el señor engendra en nosotros espíritu de vida. (Juan 1:13).

b) Nos guía (Juan 16:13)
La mayor protección para evitar caer en doctrinas humanas, es mantener una relación fuerte con el Espíritu Santo, Él nos revelará los secretos divinos y nos permitirá conocer las cosas futuras.

c) Nos revela los secretos divinos (Deuteronomio 29:29)
Lo que está más cerca del corazón de Dios es el espíritu de Dios, por tanto él conoce los secretos que allí se encuentran. Dado que al aceptar a Jesús como señor y salvador, el viene a morar en nosotros, traerá consigo los secretos divinos más guardados del Padre para ayudarnos a seguir adelante.

d) Aumenta nuestro deseo de orar.
e) Nos trae a memoria las escrituras.
f) Nos hace consientes de las metas espirituales a alcanzar.
g) Nos hace consientes de las necesidades ajenas que deben ser suplidas.
h) Nos pone el deseo de orar por otras personas.
i) Nos llamará a interceder en momentos de crisis.
j) Da profundidad, poder y fe especial a nuestra oración.
k) Nos da unción para predicar (Isaias 61:1).
l) Renueva nuestro espíritu (Ezequiel 36:25-27).
m) Nos da la fuerza para conquistar (Zacarias 4:6).
n) Nos hace sentir su presencia como ríos de agua viva (Juan 7: 37-39).
ñ) intercede a través de nuestras vidas. (Romanos 8:6-27).
o) Es la garantía de que somos suyos. (2 corintios 1:21-22).
“vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo” (Judas 20).







Comentarios

  1. GRACIAS. ESTOS MENSAJES SON MUY NECESARIOS, YA ES TIEMPO QUE VOLVAMOS A LOS ANTIGUOS FUNDAMENTOS DE LA FE

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